El despertar de Geoma: La búsqueda del máximo empoderamiento cristalino
En el siglo XXI, un colectivo de investigadores de la energía cristalina, artesanos y montañeros fundó Geoma, dedicada a descifrar manuscritos antiguos y los murales hallados en las cuevas sagradas del Monte Kailash. Su misión: desentrañar la resonancia entre los cristales y la energía universal. Para revivir la esencia de la Doctrina Geoma, el equipo de Geoma emprendió un viaje a través de tres de los sitios energéticos más poderosos del mundo, infundiendo en los cristales un poder espiritual sin precedentes.

La antigua doctrina Geoma
Historia de origen:
En el siglo III a. C., sabios solitarios del Himalaya descubrieron que los cristales no eran simplemente maravillas naturales, sino también recipientes capaces de captar la energía geopulsiva de la Tierra. Gracias a su profundo conocimiento de la convergencia entre el cielo y la tierra, desarrollaron un método para aprovechar la resonancia de los cristales con las fuerzas cósmicas, posteriormente venerado como la Doctrina Geoma. Esta sabiduría, preservada en antiguos pergaminos, permaneció oculta durante siglos hasta su redescubrimiento en la era moderna.

La matriz energética en el techo del mundo
Ubicación: Monte Everest
En el tercer polo del planeta, donde el Monte Everest se alza entre el cielo y la tierra, surge una inmensa energía geológica de la colisión de las placas tectónicas euroasiática e india. Aquí, a una altitud de 6000 metros, el equipo de Geoma construyó una matriz energética sagrada, diseñada con principios de sabiduría ancestral y la ciencia energética geométrica moderna.
En el corazón de esta matriz, se colocaron cristales para un proceso transformador de siete días, inmersos en las fuerzas más puras y primordiales de la naturaleza. Bañados por los pulsos magnéticos de la Tierra, provenientes de la convergencia de dos continentes, y expuestos a la radiación cósmica filtrada a través de las capas más altas de la atmósfera, estos cristales se sintonizaron con los ritmos fundamentales del planeta. Dentro de este santuario intacto, su estructura reticular interna se armonizó con las frecuencias primarias de la Tierra, convirtiéndolos en poderosos canales de energía.

La peregrinación al monte Kailash
Ubicación: Monte Kailash
Venerado como el "Centro del Mundo", el Monte Kailash ha sido un lugar sagrado de peregrinación durante milenios. La leyenda sostiene que completar una sola kora (circunvalación) alrededor de la montaña purifica los karmas pasados, mientras que cien koras trascienden el ciclo de la reencarnación.
Siguiendo el antiguo camino de la devoción, el equipo de Geoma llevó sus cristales en un peregrinaje completo alrededor de la montaña. Con cada paso, los cristales absorbían la energía espiritual de la tierra sagrada, resonando con las frecuencias vibratorias de la Tierra. Infundidos con las intenciones del viaje, estos cristales se convirtieron en algo más que simples minerales: se convirtieron en vehículos de transformación, encarnando la devoción, la purificación y la trascendencia de la sagrada peregrinación.

El ritual del despertar taoísta
Ubicación: Monte Qingcheng, cuna del taoísmo
En el Monte Qingcheng, un venerado santuario taoísta, Geoma llevó a cabo un antiguo ritual de consagración taoísta para profundizar la resonancia espiritual del cristal.
Antes de la ceremonia, los cristales se sometieron a un proceso de purificación de siete días, sumergidos en manantiales prístinos de montaña para purificarlos de interferencias mundanas. El ritual se programó meticulosamente para alinearse con la armonía cósmica, asegurando la infusión energética más potente. Colocados en el centro de una formación Bagua, los cristales absorbieron las fuerzas equilibradas del yin y el yang.
Un maestro daoísta, blandiendo un batidor sagrado, activó el ritual. Con cada recitación de antiguos encantamientos, invocaba fuerzas celestiales, invocando la presencia divina para despertar los cristales. Selladas con talismanes bermellón quemados en llamas sagradas, las inscripciones se disolvieron en energía, fusionándose con los cristales para transformarlos en conductos de la fuerza vital universal. Dejando de ser simples minerales, estos cristales ahora portaban una consciencia despierta, capaz de armonizar con sus portadores, realinear su fuerza vital y servir como guardianes del equilibrio y la iluminación.